Un grupo de montañeros localiza el cuerpo sin vida de un hombre de 45 años en el Untzillaitz, exactamente la misma cima en la que ha perdido la vida este fin de semana el montañero de Abadiño. Un amigo «de siempre» del montañero desaparecido, Ibon Román, se encargó de ordenar lascuadrillas en conjuntos de diez personas con el propósito de peinar cada rincón y cada ladera del monte. Las trabajos han comenzado a las 4 de la tarde y se encontraba sosprechado que se prolongaran hasta el anochecer en caso de que Garitaoinandia no apareciese. «Confiaré hasta el último momento», subrayaba en ese momento el padre, aficionado asimismo a la montaña, que supo de la desaparición de su hijo tras regresar precisamente de una marcha en Legazpia.
El cadáver estaba en una ladera de tan difícil ingreso que para su salve tuvo que ser empleado un helicóptero de la Ertzaintza, que lo trasladó a la base de Iurreta. Un montañero de 35 años pierde la vida al sufrir una caída mientras que bajaba de un monte cercano a las canteras de Atxarte, en exactamente el mismo ambiente. Alas tres de la tarde llamó a un popular para informar de que empezaba el descenso. Ocho horas después, la Ertzaintza desplegó el operativo de rescate.
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Su esposa no ha podido contener sus conmuevas y, antes de conocerse el desenlace final, debió ser asistida por un equipo sanitario gracias a un ataque de nervios. Iker Garitaonandia, profesor de Tecnología de Minas y Energía de la Escuela de Ingeniería de Bilbao, salió el sábado por la tarde de su casa, con la intención de dar un paseo por las crestas de Astxiki y Alluitz, según comentó a familiares a amigos.«Aprovechaba siempre y cuando podía para ir al monte», explicó Silvia Fernández, amiga del fallecido. Esa noche, como muchas otras, sus padres le esperaban para cenar, pero siendo sábado no brindaron mayor importancia a su sepa.
La Ertzaintza se había puesto en contacto con Movistar y el juzgado correspondiente para intentar dar con el vecino de Abadiño mediante geolocalización, según informó el coordinador del operativo, Egoitz Abasolo. La familia, además de esto, pidió expresamente mediante los medios de comunicación que no le llamasen por teléfono a fin de que la batería durara el mayor tiempo viable. La Ertzaintza salva a un hombre de 58 años, que se desorientó mientras descendía esta cima. Ese año, un joven de Zarautz de 29 años murió al despeñarse mientras escalaba la colidante cima del Astxiki. Un helicóptero de la Ertzaintza rescata a un montañero de 44 años, herido en Untzillaitz mientras que practicaba montañismo.
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A los pies de la cima, donde se levantó el centro de operaciones, la noticia fue recibida con dolor y lógica consternación. Las brigadas de rastreo estaba repletas de allegados de la víctima, como nuestro Ibon Román, que lamentaban la confirmación de la novedad. «Somos amigos de siempre, desde el momento en que éramos críos. Ahora sé que no tiene importancia, pero tengo una lesión en el tobillo que me ha impedido ir en su busca. «La cosa no pinta bien, pero haremos todo lo que esté en nuestras manos», confirmaba Iñaki Alberdi, del conjunto de montaña Amaraune, de Berriz, en el momento de la partida. Hora y cuarto después, se cumplieron los peores presagios.
Un durangués de 57 años pierde la vida en el momento en que procuraba atravesar el \’Paso del Diablo\’, en Alluitz.Murió al caer despeñado por un precipicio de 300 metros. Este domingo por la mañana, la familia se extrañó de seguir sin novedades de él y alertó a SOSDeiak de su desaparición. Las alarmas se encendieron a media mañana al ubicarse su vehículo, un Renault Megane gris, en el entorno de las desmanteladas canteras de Atxarte.
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A sus pies, la Ertzaintza montó la base de operaciones lugar desde el que se reguló la búsqueda del alpinista.
«La promesa es lo último que se pierde», confiaba sereno Gregorio Garitaonandia, el padre de la última víctima de la montaña vasca, instantes antes de que el cuerpo sin vida de su hijo fuera descubierto este domingodespeñado en el cresterío de Anboto. Los peores augurios, lo que todos se temían y absolutamente nadie se atrevía a expresar en voz alta, se confirmaron sobre las cinco y media de la tarde. Antes de las cinco y media, entre los equipos de rastreo descubrió el cuerpo sin vida de Iker Garitaonandia sobre una ladera, en el ambiente de la peña Untzillaitz , una enorme mole caliza que pertenece a la sierra de Anboto, en elparque natural de Urkiola. Parece ser,todo apunta a que el alpinista resbaló la misma tarde del sábado, cayó al vacío y murió instantaneamente.